Urge la capacitación de maestros para atender a niños con dislexia

A nivel mundial, entre el 10 y 15% de la población sufre de dislexia, un trastorno neurobiológico que afecta la lectura y la escritura. A nivel escolar es el responsable de 4 de cada 6 deserciones escolares. El gran problema de la dislexia radica en que no existe una detección precoz para intervenir prontamente con quienes lo padecen.

Actualmente en Puerto Rico, la organización sin fines de lucro Multisensory Reading Centers (MRC) es la única entidad que puede capacitar a educadores y brindar servicios a estudiantes con este trastorno. Sin embargo, se han aunado esfuerzos para crear una alianza con la Asociación de Dislexia y Familia (DISFAM), primera organización iberoamericana sin ánimo de lucro fundada en España para velar por los derechos de las personas con dislexia desde el 2002. La misma está integrada por familias con hijos con dislexia, adultos disléxicos y profesionales de diferentes ámbitos.

Lograr visibilizar la necesidad de los estudiantes con dislexia ha sido la misión vital de dicha organización, para que estos reciban los servicios educativos necesarios. De acuerdo con su presidente Iñaki Muñoz, parte de su objetivo ha sido reencontrarse con los ministerios de educación de diferentes países para hacer una ronda de consultas y ver cómo perjudica el tema del aprendizaje de la lectoescritura. La constante ha sido que, aunque el tema de la dislexia está estructurado, aún falta la formación de profesionales para atender a niños con dislexia.

Las estadísticas más recientes en Puerto Rico apuntan a que, en las escuelas públicas, la población de niños con dislexia subió de 23 a 33% del 2010 al 2016. Mientras, en las escuelas privadas el incremento fue de un 5 a 12%.
“Hay que entender que el tema de la dislexia no puede ser uno económico porque se convierte en personal de primera y segunda, que algunos se pueden permitir esa educación y apoyo externo. Lo que es importante es que sean atendidos en el día a día en las clases, que sea una educación inclusiva. Lo que no entiende la gente es que atender a las personas con dislexia dentro de los salones de clase es lo que necesitamos”, expresó a El Nuevo Día el también miembro fundador y secretario general de la Federación Española de Dislexia.

Comienza la hoja de ruta en Puerto Rico

En coordinación con el Departamento de Educación (DE), Muñoz ofreció recientemente un taller a modo virtual en el que participaron 218 educadores acerca de la educación y la equidad para estudiantes con dislexia, en el que también se integró el secretario de EducaciónEliezer Ramos Parés.

Así como con el secretario de Educación, Muñoz se reunió con administrativos del DE, relacionados con el Departamento de Asuntos Académicos y Educación Especial para continuar colaborando en conjunto, ofrecer más talleres al DE, y participar de algunos foros y conferencias de DISFAM.

El problema de la dislexia no es la dislexia, es no haber sido detectada a tiempo porque luego trae unos problemas secundarios que son más difíciles de tratar o que requieren tiempo por parte de los intervinientes. Por eso es importante para mí llegar a Puerto Rico, donde también se habla el español, porque es donde tenemos un deber. Lo que funciona en España, Costa Rica, Guatemala y cualquier parte, también se puede trabajar en la isla porque se da lo mismo que en España”, agregó Muñoz.

Llegar a los educadores del país

Por otra parte, la doctora Yadira Sánchez, directora ejecutiva de MRC, explicó la urgencia de haber localizado a recursos de otros países hispanohablantes, como Muñoz, porque anteriormente estaban más inclinados al idioma inglés. Sin embargo, reconocen que la población mayor, que es la que está en el sistema público de la isla, habla en español.

“Hemos tenido proyectos de programa en lectores que lo tuvimos que modificar a nuestro idioma. Tenemos que crear algo con Puerto Rico y dijimos, vamos a crear alianzas con países de habla hispana, donde se están haciendo otras cosas fuera de lo anglosajón. Después que vimos todo lo que estaba haciendo DISFAM y la Organización de Dificultad de Aprendizaje que están implementando en Latinoamérica y nosotros no estábamos ahí, nos surgió mucho interés”, indicó Sánchez.

A la misma vez, la también psicóloga clínica y escolar resaltó que han detectado más casos de dislexia gracias a que se realiza un poco más de cernimiento en esa área. “Nuestra meta en MRC es capacitar a maestras y certificar a las que quieran, pero que al menos tengan conocimiento en el área de cómo hacerlo. Capacitarlos para que no lo vean como un imposible, sino como de beneficio para todos los estudiantes en el salón de clases. Queremos llegar a todos esos maestros de este país y crear alianzas para continuar educando”, explicó.


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